MOMENTO 4
ÉTICA PARA PREGRADO
JULIÁN FELIPE BARCO BERMUDEZ
COD: 1053784816
GRUPO: 100001_384
TUTOR:
EINAR IVAN MONROY
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA
ESCUELA DE CIENCIAS BÁSICAS, TECNOLOGIA E INGENIERIA
COLOMBIA
NOVIEMBRE 2015
Dilema Ético Personal.
Mientras en algunas regiones el agua inunda vastas extensiones y
produce destrozos y pérdidas, lo cual parece explicable en un país con
una precipitación anual promedio superior a 3.000 mm, que lo califica
como potencia hídrica mundial, en otras el panorama es totalmente
opuesto. En esa misma potencia hídrica, departamentos como La Guajira se
mueren de sed y más de 30.000 bovinos han muerto en potreros cuarteados
por el sol en las sabanas interiores del Caribe, en Tolima, Huila y
otras regiones afectadas por la sequía.
El agua dulce no es tan
abundante en el planeta como parece. Representa el 3,5% del total y, de
ese pequeño porcentaje, el 69% está congelada, y así debe quedarse si el
mundo no quiere enfrentar el verdadero diluvio universal. En ese
contexto de escasez, hace veinte años ostentábamos el cuarto lugar,
entre 203 países, en disponibilidad per cápita de agua y hoy hemos sido
relegados al 24, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Qué está pasando con
el agua?
En principio, la escorrentía de la lluvia no coincide con
la concentración poblacional. Más del 70% cae sobre la
Amazonia-Orinoquia y Chocó, que disputa el primer lugar como la zona más
lluviosa del mundo. La región Magdalena-Cauca, con más del 60% de la
población urbana, recibe apenas el 13% del agua. Por el Caribe solo
escurre el 5% -¡con razón!-, para atender importantes centros urbanos e
industriales, una actividad agrícola creciente y más del 30% del hato
ganadero. No obstante -valga la aclaración-, la ganadería no es el
problema, pues solo demanda el 3% del agua, mientras la agricultura
utiliza el 54%.
El aumento de la población, la deforestación para
cultivos ilícitos o explotación maderera y la minería ilegal, además de
muchas actividades económicas lícitas, inciden sobre la oferta de agua,
afectada también por fenómenos climáticos que producen excesos y
carencias cíclicas y extremas.
Aun así, seguimos teniendo más agua
que muchos países del mundo, pero el principal problema es que está mal
administrada. No se podría afirmar que no existe una política pública
del agua, pero a Colombia le sobran políticas y le faltan resultados.
Soportada en principios constitucionales, que los hay para todo, y en
sesudos estudios financiados por la cooperación internacional, que
también los hay para todo, la política está escrita en leyes, decretos,
planes, programas y documentos Conpes por doquier.
Esta colcha de
retazos se articula -¿o se desarticula?- en una institucionalidad
intrincada y, muchas veces, permeada por la politiquería, donde las
competencias se refunden y las responsabilidades se diluyen. ¿Quién
protege los páramos, quién vela por las cuencas altas, quién controla
aguas abajo? ¿Cuál es el papel de la Comisión Reguladora (CRA), cómo se
relaciona con las CAR, y estas con los alcaldes y gobernadores? ¿Quién
tiene poder sancionatorio, quién policivo?, para que no haya papa ni
ganadería por encima de 3.000 metros, ni asentamientos en peligrosas
zonas que deberían ser de control de inundaciones. ¿Cuál es el papel de
los ministerios de Ambiente y Agricultura y cómo se coordinan? ¿Quién
controla el agua subterránea y los acueductos veredales? ¿Quién
construye los pequeños distritos de riego que tanta falta están
haciendo?
Se dice que las últimas guerras serán las del agua. Por
ello, aunque suene un poco loco, un país con tan precioso recurso en
abundancia, en medio de una relativa escasez mundial, debería tener un
Ministerio del Agua, o una instancia ejecutiva, cualquiera que sea, que
logre amarrar la política y coordinar su ejecución, antes de que el país
siga perdiendo uno de sus patrimonios más valiosos: El Agua.
REFLEXIÓN.
El agua, como recurso no renovable y UNIVERSAL, el cual es vital para la vida en el planeta y cada ser humano, es un elemento que hace parte de una discusión de diferentes regiones en nuestra región y a nivel nacional, ya al parecer este recurso no alcanza para satisfacer las necesidades de un país sediento y mas aún cuando el fenómeno del niño ataca en su máxima expresión, teniendo como consecuencias razonamientos, sequías en reservas naturales, y represas, afectando miles de personas.
Pero nos realizamos este interrogante, será que solo la naturaleza hace que los fenómenos anteriormente presentados nos veamos en aprietos, o los intereses mundanos del hombre también tiene su mano negra en dicha situación ?.
Cito un párrafo del texto de Amartya Sen, de su discurso ¿Qué impacto tiene la ética?, Muchas
personas se comportan de manera muy decente, y a través de todas su vida evitan
caer en entredicho y es muy posible que nunca hayan experimentado el sentimiento
en el cual nosotros fundamos nuestra aprobación de su comportamiento, sino que
se limitaron a actuar basándose en lo que consideraron ser las normas de comportamiento
establecidas .
Las personas que cuentan y tienen intereses propios no se fijan si sus comportamientos tienen la aprobación de una comunidad, y tampoco les importa, la creación en papel de sistema de conservación de agua, plantas de tratamiento de agua potable, distribución del precioso líquido a las regiones mas apartadas, y miles de elefantes blancos que se crean en la cabeza de las personas simplemente para hacerles una ilusión que no van a cumplir, en donde las personas que tienen el poder hacen pensar a los necesitados que su comportamiento es el correcto.
Para finalizar ésta reflexión, la
conclusión principal es que la inclusión de la ética permite ampliar los
supuestos de comportamiento individual y social y, por tanto, mejora la
capacidad analítica de los instrumentos económicos dedicados al análisis de la
economía de los recursos naturales y el medio ambiente. No deben
menospreciarse, sin embargo, las dificultades que todavía subsisten al plantear
modelos empíricos que incorporen variables éticas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Recuperado el 27 de Octubre de 2015 de http://www.lapatria.com/columnas/76/el-desorden-del-agua
Amartya
Sen, ¿Qué impacto puede tener la Ética?, Presentación en la Reunión
Internacional sobre “Ética y Desarrollo” del Banco Interamericano de Desarrollo
en colaboración con el Gobierno de Noruega. Publicado en Revista Futuros N° 20,
2008 Vol. VI,
Ética y economía, Oscar Alfranca Burriel, Ética y conflicto en el Medio Ambiente, N° 823, Junio de 2005.
REFLEXIÓN DILEMA ÉTICO SELECCIONADO GRUPO 100001_384
Campaña es legal, pero es ¿ética?
Los siguientes párrafos son á criterio personal, tomados de los principales textos de la unidad 2 del curso, también se encontrarán como complemento a los aportes de los demás compañeros del grupo en el archivo en PDF que se subirá en el enlace respectivo.
"No
es de la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero que esperamos
nuestra comida, sino de la consideración que ellos hacen de sus propios
intereses. Apelamos no a su sentido humanitario sino a su amor por ellos
mismos…..”
Con
este párrafo extractado del documento “¿Qué impacto puede tener la Ética?”, de
Amartya Sen, ya que encaja muy bien en el dilema ético extraído del periódico
la tarde la ciudad de Pereira llamado Campaña
es legal, pero es Ética?, planteado para éste segundo trabajo colaborativo
de nuestro curso, se relaciona de manera relevante ya que si los candidatos a
gobernar las riendas de la ciudad en las diferentes ramas ejecutivas, ya que,
como plantea el texto, si hay una investigación en la que se cuestiona su inhabilidad,
no dé mal ejemplo, renuncie a su aspiración, en ningún momento los candidatos
ven ésta opción como viable, ya que ellos ni siquiera se toman la molestia de
poner en una balanza sus principios éticos contra sus intereses personales, de
esto sale un interrogante que no es tácito, ¿Qué pesa más?. Para nosotros pesa obviamente la razón,
acompañada de un carácter ético que define nuestro camino moral, sin lugar a
dudas esto pesa hasta en las más pequeñas decisiones de nuestras vidas, y más
aún, si se relacionan con una pequeña comunidad, ya se familia, amigos y lugar
de trabajo.
Muchas
personas son renuentes a “mezclar” la ética con la economía, y rehusarían
igualmente pronunciarse en materia de “ética y desarrollo”, por el mismo motivo
por el que declinarían una invitación a beber y luego conducir un automóvil.
Llevando el párrafo anterior, extracción del mismo texto de Amatya Sen,
suponemos que los líderes que van a gobernar nuestra región son personas
transparentes que no tienen cosas que esconder y mucho menos están relacionado
con situaciones turbias que hagan dudar de un posible mal manejo en su
administración.
Vuelve
a jugar la balanza, entre intereses económicos personales y la ética, el nivel
lucrativo de éstas personas es bastante grande ocupando éstos cargos, en donde
talvez son cegados por ésta situación, sin importar que sean investigados por
líos judiciales, y como la justicia en Colombia, además de imparcial, es lenta,
se amparan en esta situación para seguir encaminándose a su objetivo, en donde
cabe aclarar, que éstos cargos son para el bien de la comunidad y no para los
intereses personales de unos pocos.
Adela
Cortina, cita en su libro, “¿Para qué sirve realmente… la Ética?”, el primer
capítulo llamado Abaratar costes y crear riqueza, un mundo más barato en dinero
y en sufrimiento, un profesor que enseñaba griego, le costaba dificultad al
responder la pregunta, para qué sirve el griego?, a lo que contestaba que a sus
alumnos para aprobar y a él para comer, será que lo anterior tendrá relación
con nuestros gobernantes?, sabrán para qué sirve la ética?, si son investigados
por acciones anómalas por la justicia, por qué no son dignos de confianza y
hacen pesar más la balanza de la ética y moral?
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Extraído
el 03 de Octubre de 2015 y el 26 de Octubre de 2015 del Periódico La Tarde de
la ciudad Pereira.
Amartya
Sen, ¿Qué impacto puede tener la Ética?, Presentación en la Reunión
Internacional sobre “Ética y Desarrollo” del Banco Interamericano de Desarrollo
en colaboración con el Gobierno de Noruega. Publicado en Revista Futuros N° 20,
2008 Vol. VI,